Estimado Alcalde, estimado Jorge, hoy quiero empezar contándole una grata experiencia cultural en Quito llamada: La Floresta, un barrio único que acaba de cumplir 100 años hace poquito. Un barrio donde los ciudadanos organizados construimos un espacio para la cultura o más bien dicho, le hemos dado, entre todos, un sentido de lo cultural potente. 
 En este barrio, hemos logrado que una juventud activa artística y cultural multiplique sus emprendimientos y sus iniciativas y dialogue con los vecinos más tradicionales. Es un barrio donde la cocina gourmet convive con la tripa mishqui, la tortilla de maíz y la empanada de viento. Aquí celebramos los carnavales, como en cualquier pueblo de la Sierra, con bandas, comparsas, y disfrazados. Sin duda usted debe haber visitado el entrañable parque de las tripas y los morochos. Quienes nos visitan, se encuentran en las calles con estudiantes de cine filmando sus cortos y películas o se topan con vecinos mayores paseando a sus mascotas. Es encantador ver como las vecinas más emblemáticas, cobijan las acacias con sus tejidos de lana hecho a mano, como la mejor muestra de construir y tejer comunidad. Desde La Floresta salen circuitos de ciclistas, y turistas a pie, hacia el Centro Histórico. Pero sobre todo, en este barrio tenemos una comunidad organizada y unida que ha logrado preservar su condición y tradición de serlo.  
 En La Floresta tenemos también nuestra plaza y sus palomas, nuestra iglesia y sus campanadas, hemos logrado, mayoritariamente, unas calles seguras y sin contaminación, aunque otras las hemos ido perdiendo justamente porque se han convertido en vías rápidas y de desfogue de los valles de Quito. Hemos experimentado en algunas calles, propuestas urbanísticas contemporáneas únicas relacionadas con el uso del espacio. Propuestas que, en otros barrios, serían impensables. Los vecinos de La Floresta hemos transformado el espacio público dándole preferencia al peatón y a la bicicleta. Cuidamos muy celosamente que los vecinos y visitantes disfruten de consumir cultura: ahí es dónde surge Ochoymedio, uno de los últimos cines de barrio del mundo y La Floresta es el único barrio de Quito, y del país, que tiene uno, dónde se presenta cine ecuatoriano, libros y se reflexiona la ciudad, el barrio.
 Y mire que curioso, un barrio, o la suma de ellos, refleja una ciudad. 
 Vistas así las cosas, desde la sencillez del barrio y sus calles, no dudo que desde la Secretaría de Cultura, su Alcaldía puede realizar transformaciones poderosas. Y también jerarquizar planes pertinentes de acción con un impacto hacia el barrio y otro hacia fuera de Quito, es decir al mundo que nos observa o que nos ignora.
 Siguiendo en la lógica de trabajar en el barrio, mire usted Jorge, una ordenanza municipal tiene unos poderes mágicos y pragmáticos para cambiarle la cara a una ciudad. Ordenanza, etimológicamente, viene del verbo ‘ordenar’ y del sufijo ‘anza’ que indica efecto, estado y acción.
Y precisamente usted tiene mandato, liderazgo y lo que necesita Quito es acción. ¡Qué virtud la de un Alcalde de poder incidir en el mejoramiento de la vida de sus vecinos!
Me quiero imaginar que estamos frente a frente, y lo veo pensativo. Me quiero imaginar que uno de sus asesores toma nota de la importancia de crear una ordenanza municipal que establezca: “Que todo barrio de la ciudad de Quito, tanto en sus parroquias rurales como urbanas poseerá una biblioteca nutrida con libros de autores ecuatorianos y universales”. Generando una dinámica cultural y lectora entre el vecino, el libro, el escritor, y las editoriales. Generando industria cultural, mercado y promoción. Generando, doctor Yunda, una herramienta cultural de fácil acceso para los vecinos.
Sin rodeos, una Secretaría de Cultura del Distrito Metropolitano de Quito trabaja por eso: por hacer de las políticas culturales elementos tangibles y perecederos, que coadyuven a la formación de una urbe educada, con valores humanísticos, informada y crítica. La niñez y juventud que reciban estas iniciativas, seguro se lo agradecerán cuando ellos sean adultos.
En el barrio se puede focalizar el trabajo cultural, haciendo de las tradicionales casas barriales centros de encuentro, estudios de música para los jóvenes (con guitarras, pianos y batería), talleres y clases de danza, pintura o exhibiciones de cine en las calles, al viejo estilo italiano (Federico Fellini, recordemos, veía cine en el mercado de su barrio, sobre una sábana). Esto, tan sencillo y tan posible, generaría una cambio hondo y con herencia.
Usted, Jorge, bajista y cantante de esa legendaria banda llamada Sahiro, de ese éxito llamado ‘Si tu volvieras’ (que tanto le gusta a mi amigo el escritor ecuatoriano Juan Carlos Moya), usted Jorge sabe la importancia de trabajar en las parroquias, en la periferia, para las minorías. Recuerde cuando viajaba con su banda por parroquia, plazas y el mundo, llevando su arte…Me sumo al Sur que lo eligió como Alcalde, porque confiamos de buena voluntad que usted le dotará de acciones concretas a los barrios y parroquias (donde la gastronomía y paisaje son motivos también de turismo cultural).
Ahora me imagino con usted tomando un jugo de sábila en San Roque.
Y retomando las funciones de la Secretaría de Cultura, que aunque todavía se piense que únicamente sirve para organizar las Fiestas de Quito y pensando en la estrategia hacia el exterior, hacia el mundo (una vez trabajados los barrios) porqué no plantearse el reto de establecer a Quito como una locación que preste facilidades económicas, arancelarias, hospitalarias a directores de cine de alta factura internacional y estudios de producción extranjeros. Pensemos en que la próxima película de Clint Eastwood o de Martin Scorsese se filmasen en Quito. ¿Se imagina Jorge el impacto mediático, el posicionamiento turístico de Quito y la ganancia de réditos? Ya Prueba de Vida película filmada en el año 2000 y protagonizada por Meg Ryan y Russel Crowe, de la cual fui la responsable de la producción local, nos dejó uno de los planos más bellos de Quito que jamás se haya filmado!
La Secretaría de Cultura, señor Alcalde, es un estamento estratégico tanto político como de transformación de una ciudad. Citemos el caso ejemplar de ‘La bienal de arte’ de la ciudad de Cuenca: festividad emblemática que retrata la cultura de esa localidad y la expone al mundo.
 Nos genera mucha expectativa que una persona sensible y carismática genere las necesarias alianzas y equipos para que valores como educación, una ciudad segura para las mujeres, recreación/espectáculos, deporte y cultura, sean logros tangibles, hechos y potenciadores de la imagen de nuestra urbe, que celebraremos con usted.
 Doctor, esta es una operación a corazón abierto. La cultura de Quito está en sus manos. 
 Por cierto, no he tenido el gusto de tenerlo en Ochoymedio, el cine de La Floresta, las puertas abiertas, ¿qué película quiere ver? 
Mariana Andrade
Vecina residente de La Floresta

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