Como parte del cineclub FIDELIO y su afán de crear diálogos sobre el cine, ahora incorporamos el BLOG de FIDELIO donde cada proyección se publicará un texto sobre la película mostrada. El espacio está abierto principalmente para estudiantes de cine de cualquier universidad pero también para cualquier cinéfilo que desee escribir y aportar. LARGA VIDA AL CINE Y A FIDELIO Y A LOS ESPACIOS DE MUESTRAS Y DIÁLOGOS!
Por Andres F. Flores, estudiante de cine de la USFQ.
La enseñanza del lenguaje cinematográfico muchas veces se basa en el estudio de lo visual. Entre valores de plano y puntos de vista la academia piensa que así es como aprendemos a usar a nuestra conveniencia el audiovisual. Pero falta la otra mitad, el audio, no podemos crear video sin sonido, al menos eso he aprendido. La importancia de este elemento es vital para poder entender en su totalidad el mundo que el realizador audiovisual intenta representar. Esta herramienta es muy bien conocida por el cineasta francés Jacques Tati y excelentemente aplicada en su obra maestra, Playtime (1967).
Gracias a un profesor de sonido y de su afición por este cine es como recuerdo a Tati. Después de analizar una secuencia de uno de sus varios filmes es como el estudiante de cine entiende que todo lo que se ve en cuadro, se escucha. Y en Playtime no hay excepción, desde el inicio del film, con el cielo azul en todo su esplendor y la música que la acompaña. Se entiende que una película prometedora sonoramente acaba de comenzar. Durante un momento es difícil ubicarse en la imagen; por la arquitectura de los espacios y la cantidad de extras pero de a poco se comienza a destacar la puesta en escena y un personaje llamado Monsieur Hulot, el alter ego cómico de Tati.
La primera lección de Sonido 101 con Jacques Tati es la diferencia de ambientes dentro y fuera de un edificio. Monsieur Hulot observa con detenimiento los inventos del nuevo hombre dentro de una oficina que parece una pecera. En los planos desde el interior los ambientes marcan una constante frecuencia en cambio desde la calle, el exterior suena a tráfico sin el sonar de las acciones del protagonista. La segunda lección viene enseguida. Un señor se acerca en un movimiento proximal a cámara caminando desde el fondo del plano para encontrarse con Hulot. Durante todo su trayecto, a lo largo de un pasillo extenso, los pasos de este sujeto suenan muy presentes.
Dudas sobre la producción comienzan a surgir, hasta que una pausa para investigar es necesaria. Resulta que todo Playtime fue filmado en una mini-ciudadela que Tati mandó a construir en las afueras de la ciudad de la luz, Paris. Tativille le costó al proyecto tres años de rodaje y cuatro millones de francos. El largometraje de ficción francés más costoso hasta esa época. Teniendo este dato en cuenta se entiende las facilidades con la que es fotografiada la historia. Se nota la obstinación de Tati, pues el uso correcto de los espacios y la arquitectura son un gran logro. Los gags visuales y sonoros son tan funcionales como la precisión de un reloj suizo.
Pero Playtime se queda sólo en eso. En gags agradables y cómicos que invitan al espectador a estar pendiente en las acciones de los varios figurantes. Los personajes que más destacan: Hulot y Bárbara se los muestra por sus respectivos lados. Hulot entre hombres de abrigo, maletín y sombrero. Bárbara rodeada de mujeres turistas en tiendas parisinas. La situación cambia en donde es necesario, una fiesta en un inaugurado, pero falto de finalizar, restaurante. En este punto los gags se comienzan a cerrar y se considera la escena climática por tener la aproximación de ambos personajes. Lastimosamente la relación de estos dos termina sólo en la entrega de un regalo sorpresa.
Ciertamente si existe una falta de narración, pero Playtime es una película cuya forma de imagen es atractiva porque su contenido es bellamente coreografeado. La puesta en escena es la mayor arma del realizador; ya sea en el tráfico de un redondel, mientras se limpia un vidrio o se arregla un anuncio de neón. Con esta peli siempre se podrá volver a Paris para enamorarse del cine.
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