Por Daniel Nehm
Mientras el tailandés Apichatpong Weerasethakul edita su nueva película con Tilda Swinton en la selva colombiana, que presentaremos pronto en Ochoymedio, y, ojalá, en presencia de Apitchatpong, nuestro cine está revelando su naturaleza bestial.
¡¿Qué bestia?! Más allá de la cuestión de la supervivencia del cine nos preguntamos cómo el cine nos puede dar herramientas para empoderarnos y enfrentar a un mundo fuera de sí.
Si una bestia es un ser tenebroso que produce rechazo, el cine nos da la posibilidad de abrazar este protagonista dentro de nosotros mismos, y de reflejarnos en él: los policías perdidos en la espiral de violencia y autodestrucción en las afueras de París, en Los Miserables; Godzilla, en la película de culto de 1954; los Parásitos de Bong Joon-Ho; Willem Dafoe, guardián del faro en The Lighthouse y sus demonios interiores; Lemebel, el artista chileno cuya voz radical falta tanto hoy en día par enfrentar los monstruos que resurgen dentro de la vieja bestia Latinoamérica.
Si abrimos este periódico con una cita de Tilda Swinton, y con la imagen de Mujercitas, queremos celebrar también a otra mujer, ignorada por los historiadores de cine: La pionera Alice Guy-Blaché, retratada en el documental Ser natural: la historia desconocida de Alice Guy-Blaché.
En la cita inicial, Swinton habla también de la elasticidad de la bestia que evoca inmediatamente la materialidad misma de la cinta cinematográfica. Programado en conjunto con la cineasta Alexandra Cuesta, nuestro nuevo ciclo bimensual “Territorios expandidos“ revela esta materialidad y elasticidad del cine. Un cine más libre, poético, musical, sensible, arriesgado, político. Proyectaremos obras de Adrián Balseca, en diálogo con una película de Laura Huertas Millán, dos de las voces más originales del paisaje del arte en Latinoamérica.

Comments

comments

X