Por Alexander Buendía Astudillo

El libro El oficio de la mirada de Christian León compila un conjunto críticas de cine escritas entre 1997 y 2019, en distintos medios, muchas de ellas publicadas originalmente el periódico Ochoymedio. Alexander Buendía Astudillo, escritor y académico colombiano de la Universidad del Cauca realiza una reseña de la publicación.
“La vida de un crítico es sencilla en muchos aspectos. Arriesgamos poco y tenemos poder sobre aquellos que ofrecen su trabajo y su servicio a nuestro juicio…” Con estas palabras, Anton Ego, el personaje de Ratatouille, inicia su reseña del restaurante Gusteau, en uno de los momentos clave del filme. Ego es fundamental para la historia, pues su personalidad lo convierte en el perfecto antagonista: frío, distante, absolutamente cerebral y hasta mordaz. Su reseña final en la película de Pixar recrea de manera magistral uno de los estereotipos con los que se asocia a los críticos.
Christian León, en contraste, no es Anton Ego; no busca encumbrarse a una cima incontrovertible, ni pretende ser la guía inequívoca de los cinéfilos que lo leen. Parafraseando el título de su libro, su oficio es el de la mirada. Una mirada que se ha ido depurando y puliendo con el paso de los años y que ha logrado construir su propia voz. Su postura es, más bien, la de alguien que observa atentamente y expone con la mayor sinceridad posible su perspectiva sobre lo observado.
El oficio de la mirada es una obra que se ha venido construyendo a lo largo de dos décadas. Es un mirar hacia atrás para ver el camino recorrido como crítico y recoger los mejores pasos que se han transitado en la tarea de ver, interpretar y escribir sobre cine. Si bien el lector desprevenido puede llegar a pensar que tiene en sus manos una antología de críticas, lo cierto es que se trata de una obra que encarna mucho más. Consiste en una construcción lenta que con el tiempo tuvo que ser re-pensada para presentarse tal como la tenemos en nuestras manos: con un orden lógico y una sistematicidad que desborda lo académico.
Christian León nos ofrece en siete capítulos su visión particular del cine. Es un recorrido por tendencias, directores, estéticas, géneros, épocas y nacionalidades. Es una forma revisitar el séptimo arte, solo que esta vez no es en una sala oscura que se ilumina mágicamente con un haz de luz, sino a través de las palabras del autor que nos hablan sobre la experiencia cinematográfica.
Las diferentes críticas que componen el libro también tienen la particularidad de haber sido escritas para medios diferentes, desde periódicos de amplia circulación, hasta publicaciones de cineclubes y producciones de corte más académico. Esto, lejos de ser una desventaja, lo que muestra es la vital versatilidad del autor para escribir para públicos diversos y complejos. En todas las críticas hay rigor y honestidad por parte de Christian León. Se trata de textos sencillos, pero no por ello elementales o vacíos; todo lo contrario, Christian logra en pocos párrafos sintetizar la propuesta estética de un director, hablar de un género específico, entretejer un diálogo intertextual y hasta plantear su propio punto de vista sobre el filme reseñado.
En las últimas décadas el cine, y concretamente la experiencia social —y de socialización— de ver cine, se ha transformado casi de manera radical. Los teatros de barrio prácticamente desaparecieron para dar paso a salas más pequeñas pero múltiples en los centros comerciales, las funciones rotativas se cambiaron por los boletos numerados de una sola presentación y las tiendas de alquiler de películas sucumbieron ante el empuje avasallador de las plataformas del streaming. Quizá lo único que sobrevive de la vieja experiencia, aunque ahora con otras formas y medios, son los cineclubes, ¡por fortuna! De todos estos cambios, Christian León ha sido testigo como espectador y como crítico. Y, por lo tanto, casi como un visionario, es que plantea que hoy por hoy la crítica cinematográfica afronta sus dilemas en esta nueva era que él ha denominado “poscine”.
¿Cómo se transformará nuestra experiencia cinéfila en unos años? ¿Cómo cambiarán nuestros gustos o nuestra sensibilidad ante las nuevas propuestas narrativas? ¿De qué maneras llegarán los productos cinematográficos para nuestro consumo como espectadores en un par de décadas? No lo sabemos, aunque seguramente sí lo intuimos, como bien lo intuye y lo deja desvelar entre líneas la reflexión que nos presenta El oficio de la mirada. Por esta razón, el libro es sumamente pertinente, porque nos permite volver a ver los vaivenes por los que ha pasado el cine, y en específico el crítico que nos da cuenta de él. El libro nos motiva a reflexionar sobre ese séptimo arte, hoy en día cada vez más comercializado, pero no por ello menos amado o desechado. Todo lo contrario, el libro de Christian renueva nuestra pasión y nos recuerda que siempre, en la oscuridad de la sala, habrá un rayo de luz para mostrarnos una historia que merece ser contada e interpretada.

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