
Un refugio autorizado en Ipiales, Colombia, da la bienvenida a los migrantes venezolanos que se han quedado varados antes del cierre de la frontera colombiana durante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Junio 17 de 2018.
Rafael Garrido, de 20 años, era Guardia Nacional en Maracaibo, dice que desertó por hambre y que solo tenía suficiente para comer una vez al día. En el puente de Rumichaca espera una solución para poder ingresar a Ecuador de forma legal, luego de la medida tomada por el gobierno ecuatoriano para solicitar pasaporte a los ciudadanos venezolanos. Agosto 20 de 2018.
Un grupo de familias venezolanas se trasladan en un camión de ayuda humanitaria de la Cruz Roja Colombiana. Junio 17 de 2018.
Un alto en el camino para dormir. Para muchos, Ecuador es un país de paso para continuar el viaje hacia el sur. Un grupo de migrantes venezolanos en la ruta hacia Huaquillas, frontera con Perú, se toman un alto en el camino para dormir en Mascarilla.
Al dolor de haberlo dejado todo, su tierra, sus familias y sus arraigos más íntimos, se suma la humillación de enfrentarse a las dificultades burocráticas en las fronteras. Las filas a la intemperie pueden durar hasta 14 horas. Rumichaca, frontera colombo-ecuatoriana, junio 15 de 2018.
Las temperaturas nocturnas pueden bajar hasta los 5 grados centígrados en el paso entre Ipiales y Tulcán. Miles de migrantes venezolanos que han dejado su país solo con lo indispensable para caminar hacia un futuro incierto, se aglomeran allí después de andar semanas a pie o en bus sufriendo las más variadas vejaciones a su dignidade humana. Un drama colectivo hecho de millones de relatos personales. Rumichaca, mayo 27 de 2018.