Todo esto va más allá de un nombre o de una persona, así que OCHOYMEDIO seguirá siendo un espacio creativo, de circulación de ideas, de crítica, de alternativas culturales. OCHOYMEDIO dejó de pertenecerme hace años para ser parte de la ciudad, del cine, de las artes escénicas y es el espacio que me ha puesto ahora en el sitio en el que estoy.
¿Cómo se manejará de ahora en adelante (criterios, valores, personas) la censura en el cine? (teniendo en cuenta el último incidente que hubo con ‘Feriado’)
La calificación de las películas, como se hace actualmente, ya no responde a los tiempos que vivimos. En acuerdo con el Consejo Nacional de Cine, pensamos establecer normas de recomendación y orientación para las películas exhibidas en el Distrito, es decir, manejar la calificación de películas con criterio técnico, no moralista ni censurador.
Uno de los programas de la actual alcaldía es el programa CineQ. ¿Desde su administración se va a fomentar la producción o la difusión del cine nacional?
Debemos fomentar la circulación de obras audiovisuales sobre todo en espacios alternativos. El sector del cine es atendido ya por el Consejo Nacional de Cine y es importante enfocarse en la otra área de la cultura, como el teatro, la danza, la música, que requieren políticas de fomento. Dicho esto, estamos abiertos a dialogar con los gremios y asociaciones del cine para apoyar sus procesos. Un proyecto clave para Quito es la creación de una Comisión Fílmica que regule, fomente y dinamice la producción de películas que tengan a nuestra ciudad como escenario.
Se conoce que Ud. estuvo al frente del proyecto de salas concertadas. ¿Esto en qué ayudaría en una ciudad como Quito en la cual el público prefiere la gratuidad antes que el abono para una obra? ¿Pondrá en marcha, dará apoyo al proyecto?
Este es un proyecto que se ha estado gestando por años. Reconoce a los espacios independientes como fundamentales para la ciudad porque es en esos espacios donde el hecho cultural se produce y consume. Muchos de ellos han venido sirviendo a la ciudad por décadas sin una subvención sostenida ni mayor reconocimiento. Son espacios auto-gestionados por artistas, realizadores, productores, actores, que aportan y enriquecen el tramado urbano y social. Son además parte de la cadenas productivas pues existe un amplísimo campo de actividades económicas conexas al quehacer cultural. Son foros de cohesión social y proyección turística y son creadores de empleo. El sistema busca crear condiciones de sostenibilidad para estos espacios. Esta será una de las primeras acciones que haré desde la Secretaría. Quito no sería igual sin el Patio de Comedias, Malayerba, Espada de Madera, Frente de Danza Independiente, Fama, Estudio de Actores, Teatro Babilón, entre otros, así que hay que protegerlos.
Qmandá Parque Urbano es el nuevo gran espacio de la ciudad para actividades culturales, ¿cómo se articularían espacios similares en los polos de Quito?
Qmandá es un proyecto muy nuevo. Es genial que en vez de construir un mall, se hiciera un parque urbano que ha transformado la dinámica social de los barrios colindantes. Antes que replicarlo debemos asegurar -por ahora- que sea sostenible.
¿La inversión privada estaría contemplada en sus planes para la Secretaría?
La red de salas es un ejemplo de co-gestión y yo creo mucho en eso. Estamos convencidos de la importancia de la participación privada en los asuntos de la cultura, en muchos niveles. Desde hace años se han ido eliminado los incentivos para la participación privada en la cultura e inclusive se ha asentado la noción de que cultura y economía son asuntos que no concurren. Nosotros venimos de la gestión independiente y hemos hecho nuestra labor en participación con el Estado. Los gestores y artistas independientes conocen mejor que nadie la especificidad de su labor y su audiencia. Por ello debemos recuperar para la Secretaría de Cultura una política de oídos y puertas abiertas, recobrar la confianza de iniciativas ciudadanas.