Por Juan José Orellana, Kevin Hidalgo
La decimoctava edición del Festival Internacional de Cine Documental Encuentros del Otro Cine (EDOC) se celebrará entre el 8 al 19 de mayo. En esta ocasión el evento contará con 101 películas de 40 países, las cuales fueron seleccionada entre 1700 postulaciones. Si estos números no impresionan, quizás sí lo haga el hecho de que los EDOC han hecho bastante por elevar y preservar la relevancia cultural del cine documental en el país, además de proyectar a muchos directores tanto a nivel nacional como internacional.
Alfredo Mora, director de los EDOC, comenta que los fundadores del Festival —Lisandra Rivera y Manolo Sarmiento— se dieron cuenta de que dentro del país existía mucho cine documental y no había donde verlo. “Ecuador era un caldo de cultivo de cine documental que se formó desde los años 70 con el cine del indigenismo y luego con el de protesta social, y de repente se convirtió en cine de autor”, dice Mora.
Álvaro Muriel, director de la Escuela de Cine de la UDLA, afirma que ha seguido el evento desde su inicio.  “Gente de mi edad y de generaciones posteriores aprendimos a acercarnos al cine documental gracias a los EDOC, porque es una plataforma para ver cine documental que se hace en todo el mundo, y yo me atrevería a decir que lo mejor de este cine llega al evento”. 
Una de las razones por las que el cine documental tiene un crecimiento constante en el país radica en que expone situaciones con las cuales la gente se siente identificada.
Laura Godoy, coordinadora de la Cinemateca Nacional de la Casa de Cultura, opina que en el cine comercial la representación de las realidades es maquillada, a diferencia de los documentales, donde se presentan tal y como es. Para Godoy, los EDOC son un abanico donde se proponen temáticas que cuestionan el sistema. 
El festival siempre se ha caracterizado por tener tres sedes: Quito, Guayaquil y Cotacachi. Estas ciudades fueron escogidas porque cuentan con la infraestructura adecuada para proyectar largometrajes. Por ejemplo, en Quito se utilizarán salas del OCHOYMEDIO, de la Flacso, Incine, entre otras. 
Ocho invitados internacionales visitarán el país para contar sus experiencias, entre los cuales resaltan el norteamericano Paco de Onís (director y productor ejecutivo de Skylight), Sylvain George (director de Que descansen en la rebelión) y Betina Perut e Ivan Osnovikoff (directores de Los Reyes). Los directores dictarán talleres y foros a lo largo del festival,  porque los EDOC no solo son un evento de proyección audiovisual sino también es un espacio de aprendizaje.
El segundo es la mala distribución de los fondos para cultura por parte de los entes gubernamentales.  Según Mora, “si tú te pones a analizar cómo los municipios gastan el dinero del público a veces no es en lo cultural. Pero las manifestaciones culturales que necesitan apoyo son enormes y diversas”. 
Y el tercero, es la percepción negativa del público generalizada hacia el cine ecuatoriano porque las personas tienden a enaltecer la producción extranjera. 
Una de las innovaciones de este año es la inclusión de la sección de cine documental animado. Samantha Moore será parte de un foro en el cual se hablará sobre porqué la animación es una forma única e interesante de presentar información. Esta idea ha producido mucha expectación entre los cinéfilos porque usualmente los dibujos tienden a distorsionar la realidad, pero es una nueva forma de atraer al público. 
18 ediciones parecerían suficientes para lograr una estabilidad. Sin embargo, el director de los EDOC afirma que existen tres retos fundamentales a vencer cada año. El primero, la necesidad de reinventarse constantemente para atraer más público pues, a pesar  del apoyo del Instituto de Cine y Creación Audiovisual (ICCA), no hay los recursos suficientes para asegurar la continuidad del Festival. 
Laura Godoy afirma que le emociona mucho que haya amplia participación de directoras. “He venido siguiendo desde que se inició el festival y veo que se está innovando con nuevas temáticas especialmente incluyendo directoras mujeres. También cómo podemos ver hay varias cineastas ecuatorianas que van a participar como Daisy Burbano con su película Madre Luna”. 
La directora ecuatoriana Verónica Haro participará en esta edición con su película Cuando ellos se fueron. El largometraje grafica la historia de un pequeño pueblo en la montaña del país, el cual se convierte en un lugar habitado solo por mujeres de avanzada edad. Haro piensa que espacios como este permite que su trabajo trascienda fronteras porque el festival propone conexiones internacionales que permita que la película siga circulando en otros lugares.
Aunque los EDOC muestran una calidad alta en relación con el contenido y organización, hay un aspecto a mejorar según Eduardo Valenzuela, director de cine y docente de la UDLA. “Lo factible sería que la producción del festival logre tener una retroalimentación del público. Es decir, un método de poder escanear y medir. Eso haría que el festival funcione mucho mejor”. 
En el punto en el que sí funciona la relación con el público es aquel que más allá de las proyecciones, esto a través de actividades paralelas, como los talleres referidos antes, y las clases magistrales y funciones al aire libre. Por otro lado, con el objetivo de aportar al desarrollo de los emprendimientos de la zona en los que se realizan los EDOC, los portadores del pasaporte 18EDOC (entrada del evento), podrán tener descuentos en establecimientos de comida. 
Sin duda los EDOC son una gran oportunidad para ver películas de todo el mundo. A lo largo de estas 18 ediciones ha posicionado al Ecuador como uno de los puntos más importantes para el cine documental.
Aún así, parece ser que la sociedad ecuatoriana ignora el trabajo que los organizadores, y obviamente de los cientos de directores que participan y de las personas que colaboran dentro del festival. “El cine ecuatoriano tiene que tener la oportunidad para seguir creando. Pero para cuando ya esté creado necesitamos espacios donde verlo”, finaliza Alfredo Mora.

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