Nelson García*
Compositor norteamericano, parte de la segunda gran “camada” de compositores para cine en la época de oro de Hollywood. La primera generación—al inicio del cine sonoro—contaba casi exclusivamente con maestros centroeuropeos, muchos de ellos judíos, que huían de la guerra europea y encontraban en California un refugio acogedor. La siguiente generación—americana—se formó con esas figuras europeas, y luego pudo expandir los lenguajes y estilos que se usaría en el cine. De ellos, nadie más prolífico y audaz en sus propuestas musicales que Jerry Goldsmith (1929-2004).
Tuvo la suerte de empezar su carrera en la época de la radio en vivo–componiendo música que acompañe a radionovelas y programación en vivo–lo que demandaba gran dominio y concentración. Siguió con la televisión, hasta llegar a Hollywood y a una enorme y variadísima filmografía.
Donde muchos de sus colegas se especializan en ciertos géneros y estilos, él de alguna manera lograba convencer a los productores (de naturaleza más bien conservadora y propensos a decisiones artísticas comprobadas y sin mucho riesgo) a aceptar soluciones musicales vanguardistas y contemporáneas; y esto lo hacía en una enorme variedad de producciones, géneros y estilos.
En esta muestra, presentamos algunos de esos notables ejemplos:
El Planeta de los Simios (1968). Una de las primeras cintas de Hollywood cuya música utiliza un lenguaje vanguardista. Técnicas extendidas como el uso no convencional de instrumentos orquestales, uso de tempranos efectos electrónicos, y grabación de objetos no musicales, hacen de esta una pieza clave para los estudiantes de hoy.
Patton (1970). Su música es icónica por la sofisticada manera de evidenciar detalles sobre los personajes. El victorioso general Patton tenía la creencia de que en él se reencarnaban grandes guerreros del pasado, romanos y griegos. El discordante uso de una trompeta con “eco” artificial superpuesto a música marcial transmite muy efectivamente esta idea.
La Profecía (1976). Goldsmith acompaña la demoníaca trama con una música enorme, dramática, llena de disonancias y tensiones contemporáneas, y uno de los primeros usos de grandes coros usando sonidos guturales y efectos vocales extendidos. Este trabajo le daría un premio Oscar para mejor música original.
Chinatown (1974). La legendaria película de Polansky tuvo un grave problema de producción cuando el director decidió—a último momento—cambiar de compositor. Goldsmith logró, en poquísimos días, componer música nueva para un ensamble reducido de músicos y un resultado magnífico, tarea que normalmente lleva muchas semanas.
Aliens (1979). El impacto que logra esta seminal cinta de ciencia ficción se debe, en gran parte, a la música novedosa y experimental de Goldsmith. Los sonidos orquestales, pero expandidos con instrumentos étnicos de diversas culturas, son además procesados electrónicamente para crear los motivos de las criaturas, y sus ambientes de tensión y horror.
*Músico y catedrático en la USFQ

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