La teoría del cine ojo (Kino Glaz) fue creada en los años 20 por el cineasta soviético Dziga Vertov, quien creía que para conseguir una objetividad total e integral en las imágenes era necesario liberarlas de cualquier artificio (El guion, la puesta en escena, los decorados y los actores). Esta posición trascendía la técnica, era una forma de abordar el cine y su mirada hacia las historias, un intento de renovar la posición que el cineasta tiene sobre sí mismo, o sea, captar las acciones de la vida, ignorando, todas las leyes, reglas o hábitos de hacer películas: «montar y arrancar a la cámara lo que tiene de más característico, organizar los fragmentos filmados, arrancados de la vida, en un orden rítmico visual cargado de sentido».
Este es un extracto del manifiesto de Dziga Vertov de 1923 del libro KINO-EYE: The writings of Dziga Vertov (1984, editado por Annette Michelson) una recopilación de reflexiones, diarios, guiones y apuntes sobre proyectos no realizados, correspondencias y versos.
Soy kino-ojo, soy un ojo mecánico. Yo, una máquina, te muestro el mundo como solo yo puedo verlo.
Desde ahora y para siempre, me libero de la inmovilidad humana, estoy en constante movimiento, me acerco y luego me alejo de los objetos, me arrastro por abajo, me subo a ellos. Me muevo al ritmo del bozal de un caballo al galope, me sumerjo a toda velocidad en una multitud, destrozo a los soldados que corren, me caigo de espaldas, asciendo con un avión, me abalanzo y vuelo con los cuerpos que se lanzan y se elevan. Ahora yo, una cámara, me lanzo a lo largo de su resultado, maniobrando en el caos del movimiento, grabando el movimiento, comenzando con movimientos compuestos de las combinaciones más complejas.
Libre de los límites del tiempo y el espacio, reúno los puntos dados en el universo, sin importar dónde los haya registrado.
Mi camino lleva a la creación de una nueva percepción del mundo. Descifro de una manera nueva un mundo desconocido para ti.
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