Después de la ocupación policial y minera de la comunidad de Junín, en mayo del 2014, la incursión de la transnacional del cobre, CODELCO de Chile, en Intag, Cotacachi, impone una muda a la vida de la gente, al color del agua de ríos y cascadas, a los bosques y su diálogo de pájaros.
Páramo, comunidad, y bosque son, a partir de la autoproclamada revolución ciudadana, victimas de la codicia minera. Las aves, el gallo de la peña y su canto, los comuneros y su resistencia, el agua y su transparencia serán los perseguidos permanentes de esa aritmética de interés que acentúa codicia.
Más del 15% del territorio continental del Ecuador (cuatro veces la provincia de Pichincha) está concesionado o en vías de concesión y más del 80% del territorio de Intag corre con la misma suerte, y es que la codicia en superlativo y en palabras de los habitantes de Intag, llama “ambicia”, es decir ambición y codicia juntas. Esta suma que multiplica devastación, altera todo sin excepción. Ver artículo completo
Se presenta junto a Cámara-Shuar (Viernes 2 febrero, 18:00)