Por Martín Ruiz
Gracias al inicio del Block Booking —práctica, sobre todo hollywoodense, de a fines de la década del 30, que consistía en vender a las salas varias películas como una unidad—, surgió una nueva forma cinematográfica cuyas historias abrazaban el pesimismo y el nihilismo que algunos artistas no supieron dejar ir una vez diluidos los años de la guerra y la Gran Depresión. Influenciada por la literatura Pulp y la ficción Hard Boiled, esta forma adoptó un estilo visual de genes expresionistas, presentando narraciones cargadas de estilo y significado, que hicieron rápidamente a un lado las fulgurantes y vacías tramas heroicas de la época, cambiándolas por historias realistas y anti heroicas.
La crítica francesa, que venía de rechazar las producciones cinematográficas estadounidenses de la época, de repente se había encontrado con todas estas nuevas películas, imposibles de definir teóricamente, cuya única constante eran sus temas oscuros y un trágico destino para sus protagonistas. Por ello, los franceses acertadamente bautizaron a esta nueva forma cinematográfica como, Film Noir, término que literalmente se traduce como Cine Negro. 
El Cine Negro es acerca de la caída de los personajes, de como ellos se ven envueltos en situaciones que escapan de su control, que los hunden progresivamente, conduciéndolos irremediablemente a un inesperado pero inevitable final trágico.
El protagonista de estas historias siempre es un antihéroe de moral ambigua, de temperamento flemático o melancólico, con un conflicto interno que sobrepasa los externos, acechado por su pasado y envuelto en una situación kafkiana. 
El Film Noir muestra el mundo ordinario del protagonista como un lugar despreciable, a menudo representado por la ciudad de Los Angeles, en donde recibe un nefasto llamado a la aventura que se presenta hacia él o ella como “otro caso más”, o bien es un llamado interno que va en contra de su naturaleza antiheroica. 
Frente a él o ella aparece un mentor tóxico, generalmente representado por la Femme Fatale, una figura femenina de cualquier tipo que puede provenir del pasado del protagonista o presentarse por primera vez dentro del mundo especial de la historia. Bajo su influencia, esta mujer fatal afecta consciente o inconscientemente el destino y las acciones del protagonista, a menudo manteniéndolo dentro de un bucle de actos intrascendentes, revelando sus verdaderas intenciones, buenas o malas, cerca o justo al final de la película.
Dentro de la narración, el protagonista flota a través de la decadencia física y moral de varios entornos para cumplir su objetivo, reafirmando su distanciamiento personal y teniendo encuentros violentos inevitables.
Esporádicos son los momentos de gozo o placer y todos los personajes de naturaleza gentil son eliminados de la ecuación en algún momento de la historia, causando conmoción en el protagonista, modificando sus acciones y la forma en la que ven la situación. Una situación que, de no serlo desde un principio, en algún momento se vuelve dolorosamente personal. 
Alcanzado el punto medio de la historia, dentro de todo Film Noir llega un momento en el que el protagonista observa cómo la situación resulta ser mórbidamente más grande, profunda y retorcida de lo que aparentó inicialmente.
Una vez llegado el clímax, este puede tener tres variantes. La primera representa el punto crítico de la situación o el caso en el que el protagonista está envuelto. La segunda consiste en que el protagonista es finalmente alcanzado por su pasado e inevitablemente debe lidiar con sus consecuencias. Por último, la tercera no es más que una mezcla de las dos anteriores. Al final de la historia, el protagonista toca fondo, terminando en desgracia. No necesariamente representando su muerte, pero sí el fin de su suerte, el impacto contra el fondo del oscuro abismo.
Todos estos conceptos e ideas son palpables dentro de algunos clásicos del Film Noir como: The Maltese Falcon (1941), The Big Sleep (1942), The Detour (1945), Double Indemnity (1946), Sunset Boulevard (1950), The Big Combo (1955), Kiss me Deadly (1955), Touch of Evil (1958)), el Neo-noir, Le Samurai (1967), Chinatown (1979), Blade Runner (1982), L. A Confidential (1997), Brick (2005), Sin City (2005), Inherent Vice (2014), True Detective (2014) y Cowboy BeBop (1998-1999), e incluso dentro de algunos videojuegos como Max Payne (2001) o L. A. Noir (2011). 

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