Dirección: Bene Dion Rajagukguk, Indonesia, 2022, 114 minutos.*
Prepárese para un drama que pone a prueba la nostalgia y el amor de familia.

Pak Domu y su esposa Mak Domu son dos padres que viven de repente el ‘síndrome del nido vacío’, se han quedado solos debido no solo a que sus hijos se fueron de casa, sino que también los perdieron debido a la rigidez de sus tradiciones.
Asistimos a una diáspora donde tres hijos deben huir del seno familiar para cumplir sus sueños, que con osadía iban en contra de la cultura establecida para ellos.
Pak Domu y su esposa Mak Domu son claros representantes de una familia del pueblo Bataknese (uno de los grupos étnicos de Indonesia), donde es importante preservar algunas líneas de conducta, oficios y hasta matrimonios dentro de una misma localidad.
Por ejemplo, uno de los pecados que comete uno de los hijos se forjarse como comediante de carpa y salir en la televisión siendo feliz.
Actitud y vida que lo aleja de la tradición y de la familia.
Pero la vejez y la soledad, en esta película, al menos, puede más que las tradiciones, y ambos padres ya entrados en años, reclaman la visita de sus hijos.
Lo que no saben es cómo hacer que vuelvan sin darse cuenta que es una treta para recobrarlos, para reunificar a la familia.
‘Extrañando a Casa’ nos recrea la parábola del hijo pródigo.
A regañadientes los muchachos deben hacer maletas para volver a verse con sus padres, y con esas viejas diferencias que los separaron como familia.
Esta vez el reencuentro será el de un par de ancianos aniquilados por la soledad y unos adultos que ya no dependen de sus padres ni quieren asumir las reglas culturales.
A cada momento, los platos repetidos de fideo, alimentan la ternura y las sonrisas de seres que se hallaban perdidos y frustrados.
Pues una vez que los muchachos vuelven al seno del hogar, toda la familia experimenta un crecimiento sentimental y espiritual.
Rituales como el compartir la mesa, observar la caída del sol, compartir el silencio o subirse en un destartalado vehículo para ir de paseo, hacen que esta familia descocida, poco a poco descubra una revelación: no siempre es posible recuperar el tiempo perdido, como ya lo dijo Marcel Proust.
Con largos planos y un tempo narrativo moroso, este melodrama nos recuerda al cine de Abbas Kiarostami, por su alto contenido de sencillez y ternura.

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