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Los meses, cada uno de ellos, son estaciones sentimentales y depósitos de recuerdos. Diciembre, llega especialmente cargado de pesar o de alegría, según el ánimo, la billetera o la predisposición de ser feliz.
Aunque el cine no conoce de calendarios ni ritos religiosos, hemos escogido tres películas poderosas que retratan el sin sentido de la vida, porque no es noticia que nadie conoce el futuro y se angustia, no es novedad que hay farmacias que venden ansiolíticos y que existimos personas que estamos cansados de llevarnos puestos, que nos caemos mal y que ya no confiamos en nada.
«La gran belleza» (Sorrentino, 2013) abre la muestra para decirnos que a la vejez no se llega, la vejez vive con nosotros.”‘Un hombre y una mujer’ (Claude Lelouch, 1966), es la viva muestra de que los divorcios son traumas que hay que superar para vivir el amor con la mente libre de fantasmas.
Y ‘Vivir’ (Zhang Zhimou, 1994) nos recrimina la falta de sensatez y valentía para entender que Vivir es un viaje que se vive en el presente, pase lo que sea. |