Señor Galo Martínez Leisker
Director General de Diario Expreso.
Apreciado Galo, queridos amigos de Diario Expreso, que pena no haber recibido su visita cuando ustedes se disponían a levantar una narrativa sobre La Floresta. Contrastar la información y dar la voz a quienes vivimos en este barrio hubiera sido necesario para que su nota (que no es una crónica, sino un artículo de opinión) sea más coherente y cercana a la cotidianidad de La Floresta.
“Pintoresca y peligrosa, La Floresta”, publicado en Expreso, con fecha 29/10/2022, no solo que es un pésimo ejemplo de reportería, de titulación y de investigación, sino que trasgrede normas elementales de periodismo: hay una carencia total de datos, cifras, estadísticas, testimonios de empresarios y emprendedores, de vecinos, de jóvenes, que demuestran cómo el comercio pujante, las buenas prácticas de vecindad, y sus formas organizativas, sostienen a este barrio.
Cuando el periodismo cae en el tremendismo o en un amarillismo crónico, lo que provocamos es mal informar y desvirtuar el oficio de la mediación social, a través del periodismo. La nota tiene demasiados errores, a más de un ánimo sombrío que empaña toda su lectura. Enunciaré estos errores que son parte de algunos párrafos:
«Sobre las veredas no había ni un perro deambulando»
Los perros que deambulan, son perros abandonados o sin hogar. Si implícitamente pedimos ver perros deambulando en un barrio, estamos promoviendo el maltrato animal y aupando falta de políticas de cuidado a la fauna urbana. En La Floresta, nos preocupamos cuando asoma un perro solitario y buscamos a sus dueños en las redes.  Si lo que queremos es usar una figura retórica que nos diga que nadie asoma en la vereda, pues se eligió una frase desafortunada e insultante.
«Eran justo las 13:30 de un sábado y el barrio La Floresta, centro norte de Quito, lucía desolado».
Los que vivimos en este barrio o trabajamos en él, y en Quito, sabemos que a esa hora es un tiempo de descanso antes de emprender el sábado nocturno, un poco más movido. Qué pena que, al periodismo, le espante la calma y el sosiego de un barrio. La Floresta fusiona dos conceptos: lo comercial (una zona rosa más activa a ciertas horas) y lo residencial (barrio esencialmente de familias de personas adultas y de la tercera edad). Hay un Comité ProMejoras empeñado en defender este carácter residencial y lucha porque se respete el silencio en sus calles.
«La temperatura no supera los 17 grados centígrados. Un techo gris cobija al barrio».
Los quiteños sabemos que el sol y el frío en Quito, es cuestión de caminar un par de cuadras. Pero cuando se quiere cargar un tono cenizo y deprimente a la nota, ahí están los resultados. Son los hechos, las cifras, los testimonios, lo que debe hablar y no la opinión personal del periodista, su modo de enjuiciar ‘a priori’, su animadversión o sus predilecciones, así como su resentimiento con el frío quiteño.
«Caminan a paso rápido por la mitad de la calzada y con un destino incierto…».
«Tiene pánico, pero también ganas de trabajar. Entonces optó por blindarse física y espiritualmente».
Los apuntes metafísicos, que no dicen nada, y con atribuciones de psicólogo hacen que esta nota de Diario Expreso, sea un ejemplo para analizar en las facultades de periodismo como una cadena de juicios de valor antojadizos que generan ruido y descredito.
Ejemplos como los mencionados, abundan en esta nota de marras y todos indignan por su ligereza y falta de sentido profesional.
Al final la nota deviene en el Parque Navarro, o parque de las tripas, donde se vende tripa mishky, y eso sí es ‘pintoresco’ y un lugar común. Nos hubiera sorprendido gratamente que descubran el sentido cosmopolita que tiene La Floresta, donde se degusta tanto el sushi, los mejores espressos, las cervezas artesanales, la gastronomía biodiversa y también películas de Peter Greenaway (que les recomiendo ver), que por supuesto conviven con el olor y el humo de las comidas típicas del parque.
Más allá del daño que la nota “Pintoresca y peligrosa, La Floresta”, ocasiona a Quito, es inconcebible cómo un texto ingenuo, negligente y elemental, pudo haber sido aprobado por el editor y salir a la luz pública. Imperdonable.
El gran cronista Roberto Arlt, escritor y periodista argentino, jamás descuido encontrar los matices de los barrios porteños a los que se refirió en su literatura. También lo hizo Bruce Chatwin, el escritor viajero y a quien Werner Herzog le dedicó el documental Nómada: tras los pasos de Bruce Chatwin, que cuidó con esmero no caer en maniqueísmos en sus crónicas de viaje. La nota de Diario Expreso, es patética en ese sentido.
Como usted debe saber Galo, el arte de la crónica merece maestría y muchas lecturas por detrás de la pluma. Lo sabía muy bien Raúl Andrade Moscoso, uno de los escritores y periodistas ecuatorianos de mayor capacidad y brillantez del siglo veinte, además de Premio Nacional de Cultura Eugenio Espejo o el impecable Osvaldo Soriano, escritor argentino conocido como el cronista de las simples cosas. Ambos fueron referencia al momento de leer sus crónicas impresas en los periódicos de entonces.
En calidad de ex Secretaria de Cultura de Quito y cómo una vecina más que me duele cuando insultan a mi ciudad, pido la palabra. Le solicito Galo una entrevista, como legítimo derecho a la réplica, para aportar información fidedigna frente a lo que su medio difundió. No me niegue la posibilidad de hacerlo ni me censure a la hora de expresarme. Esperaré a Diario Expreso, con cifras de desarrollo económico y social que hemos logrado levantar. Les mostraré los proyectos de movilidad que La Floresta hoy ostenta como un modelo de gestión a replicarse. Les esperaré con hechos que avalan una acción ciudadana digna de reconocimiento y que convierte a la Floresta en un barrio único, donde se oferta gastronomía, cultura, emprendimiento social.
La Floresta es el barrio del maestro Luigi Stornaiolo, del poeta Julio Pazos, del cineasta Camilo Luzuriaga, del gran emprendedor del chocolate ecuatoriano Santiago Peralta. Este es el barrio de cientos de mujeres adultas (las crocheteras del barrio) que solidaria y participativamente han luchado contra la delincuencia e inseguridad, dejando un modelo ciudadano a imitar. Es el barrio de los estudiantes de cine, que filman en sus calles. Es un barrio con valores intangibles que lo convierten en una fortaleza cultural. Es un barrio único en Quito, punto de encuentro de culturas y clases sociales. Sus construcciones tienen que estar destinadas fundamentalmente a la provisión de servicios de salud, educación, sociales y culturales, según ordenanzas municipales. Es un territorio cuyo carácter y vocación cultural ha sido históricamente reconocido, no solamente por su importante patrimonio material y arquitectónico, sino porque en él se realizan un sinnúmero de prácticas artísticas y expresiones culturales diversas.
Hablaremos en la entrevista de lo que más me gusta: la participación ciudadana en pro de una cultura de paz y reactivación de la vida y la economía.
Quedo atenta de hora, lugar y fecha de la entrevista,
Mariana Andrade
Residente diurna de La Floresta

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