En su vigésima primera edición, el Festival Internacional de Cine Documental “Encuentros del Otro Cine” lanzó una convocatoria con el propósito de recibir propuestas que nos ayuden a componer, de forma democrática, un panorama del cine de no ficción ecuatoriano actual.
Se recibieron 53 filmes, 16 largometrajes y 37 cortometrajes. Películas que representan la producción de cine documental ecuatoriano de los últimos 2 años. Un periodo marcado por una pandemia y por una severa crisis política y social.
A quienes formamos parte del comité de selección nacional, no nos deja de sorprender la fuerte presencia de cortometrajes entre los films postulados; fenómeno que podemos atribuir, entre otras cosas, a una coyuntura en donde la expresión artística, que carece de apoyo estatal, se implanta como una verdadera urgencia para quienes, desde la precariedad y el ingenio, resisten a las adversidades y se entregan de lleno a la práctica de cine documental.
No es casualidad encontrar entre estas propuestas filmes producto de colectivos y codirecciones. Nuevas formas de asumir la práctica cinematográfica, la autoría y la producción. Acercamiento a lenguajes diversos: el video ensayo, la video danza, el documental de observación, de investigación. El uso de la animación, material de archivo y experimentación con tecnologías y formatos diversos. Todo esto atravesado, siempre, por una sensación de urgencia. Urgencia para decir algo, algunas veces decir algo inacabado, ideas que se continúan gestando y construyendo entre sí mismas, como seguidas de puntos suspensivos, esperando respuestas.
Son muy oportunas las palabras de Abbas Kiarostami:
Es necesario concebir un cine inacabado e incompleto para que el espectador llene el vacío, las ausencias. En vez de hacer un film con una sólida, impecable estructura, uno debería debilitar esto último –¡y aún así tener en mente que uno no debe abandonar del todo a la audiencia!–. La solución podría estar precisamente en estimular a los espectadores para que su presencia sea activa y constructiva…
Desde el comité de selección nacional hemos asumido la responsabilidad de construir un programa que se presente como una conversación entre todas aquellas voces que están esperando respuestas urgentes. Pensamos que el programa nacional de esta edición es un espacio que invita a un espectador activo, que esté dispuesto a conversar con las películas y a presenciar de primera mano los diálogos que se generen entre ellas.
De las 53 películas inscritas se proyectarán una selección de 19 filmes que componen un retrato de una contemporaneidad llena de preguntas. Preguntas y contradicciones en torno a una pérdida, “Quién mató a mi padre”. Preguntas en torno a todo lo que se construye en la búsqueda de justicia, “Guañuna”. Preguntas en torno al silencio, “El día que me callé”. Preguntas en torno a la ausencia de aprecio por la vida, “Indolencia Rayos X”.
Así como un programa de cortos que es un diálogo entre mujeres ecuatorianas en procesos de búsqueda y entendimiento de su propia identidad y de sus afectos: “Las voces del sur”, “Wawamama” y “La mujer, el hombre y un perro”.
Desde otro lugar, un programa de cortos conformado por “Madre en proceso”, “Carta de Independencia” y “Educación perdida” presentado como una serie de retratos subjetivos en medio de contextos turbulentos y hostiles.
“Aquí nadie ha muerto”, “Cartas desde Eusapia” y “Pasado” componen un siguiente programa de cortometrajes, que exploran los vínculos fraternales más profundos cuando son amenazados por la muerte.
Por otro lado, y desde un lugar más lúdico y cotidiano, “Bea”, “Garay” y “Nua” componen un programa sobre todas esas pulsiones de vida, sexualidad y fantasía.
Desde un retrato poético de un joven, “Feliz Navidad” da paso a un retrato colectivo de un grupo de inmigrantes venezolanos en “Al menos están vivos”.
Como miembro del comité de selección creo que, a pesar de que únicamente 19 filmes serán proyectados, 53 películas nacionales forman parte de esta edición del EDOC, y esperamos que esa urgencia que caracteriza nuestro cine nacional genere nuevos espacios de exhibición necesarios para que todos estos filmes puedan ser compartidos con el público en un futuro próximo.
Daniela Delgado Viteri,
Coordinadora del Panorama Ecuatoriano
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