Por Gabriela Calvache
Gabriela Calvache filmó la restauración de La casa del Alabado –un importante museo del Quito de hoy– y dio vida al documental Labranza oculta. Aquí nos cuenta el cómo y el porqué.
Labranza oculta es un viaje entre el presente y el pasado del gremio de los albañiles. Este viaje transcurre en Quito, primera ciudad del mundo declarada, en 1 978, Patrimonio Cultural de la Humanidad y que celebra en estos días su fundación en medio de baches históricos y anhelos de un pasado hispano. Yo les propongo que a estas fiestas le sumen posibilidad de ver la película Labranza oculta. Será un grato encuentro con su ciudad, con su historia, con su arquitectura, con su gente y con parte de ese pasado indígena que está oculto y olvidado de la construcción de esta ciudad.
¿Por qué hice un documental sobre arquitectura cuando no soy arquitecta? Me lo he preguntado varias veces desde la primera vez que filmé La casa del Alabado en 2 005. Decidí hacer esta película el día que conocí la casa. Aun en ruinas, se mostraba majestuosa con seis patios centrales extendidos en 1 290 metros cuadrados y rodeados de 1 700 metros de construcción. Toda su arquitectura guardaba una tipología colonial, rara en la mayoría de construcciones del centro histórico de Quito. Estaba descubriendo una casa única, que debía ser intervenida por el arquitecto Luis López y su equipo de trabajo. Luego reparé en los obreros, y como suele suceder con los albañiles de una construcción, la relación se resumió a un buenas noches y un hasta luego. ¿Quién diría que dos años más tarde me contaban frente a cámara sus más íntimos secretos y me mostraban la restauración de esta casa desde un punto de vista inexplorado, el del albañil? Para los albañiles la autoría es una preocupación constante. ¿Quién hizo esta casa? En cada muro despojado de su pintura aparecían vestigios de otros tiempos, de manos de otros albañiles. Fragmentos de historia escritos con piedra, con adobe, con dinteles ocultos que atestiguaban puertas cerradas para siempre. ¿Cómo se llamaban esos albañiles que hicieron esta casa desde 1 671? Su preocupación fue la mía y me dediqué a darles respuesta. Y aunque nunca descubrí quiénes construyeron La casa del Alabado, supe que fueron indígenas, como los albañiles que la estaban restaurando.
Gracias a las investigaciones de la historiadora Susan Webster y al conocimiento del también historiador Alfonso Ortiz Crespo, pude encontrar los nombres de otros indígenas que no fueron albañiles sino arquitectos, responsables de algunas obras de Quito. Así se fue tejiendo Labranza oculta, entre la cotidianidad de la restauración, la admiración por el trabajo del albañil, y el intento de descifrar fragmentos de la historia arquitectónica del casco colonial.
Labranza oculta irá antecedida por mi cortometraje titulado En espera, una película de ficción de catorce minutos que retrata la vida de una niña indígena que a sus 9 años debe abandonar su casa y su comunidad para trasladarse a la ciudad más cercana, Ambato. En espera es la película que más satisfacción me ha traído a nivel internacional pues ha sido presentada en más de veinte países, en festivales de cine reconocidos y cotizados en el mundo entero, obteniendo hasta la fecha seis premios internacionales en Japón, España, Francia, Argentina, Chile y Ecuador, y siendo incluida en programas educativos escolares en Alemania, en muestras museográficas y tirajes de DVD en Japón. En espera trata un tema de neo-esclavitud infantil al que estamos acostumbrados. Tan acostumbrados que no nos sorprende hasta que lo vemos en el cine, donde podemos finalmente mirarnos al espejo y reflexionar.

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